El 3 de diciembre de 2003 se apagaba la voz de la escritora Dulce Chacón en su casa de Madrid. 20 años después, su literatura sigue viva, y muy presente en las letras de la región.
Tenía sólo 49 años, pero un cáncer voraz, no quiso que siguiera disfrutando del éxito que había alcanzado, poco antes, con la gloria literaria que supuso su novela, "La voz dormida".
Dulce, y su hermana gemela, la también escritora, Inma Chacón, nacieron en Zafra. Su padre, Antonio Chacón, también poeta, fue alcalde de la localidad en la época franquista, pero falleció siendo ella muy joven. Inmediatamente se trasladaron a vivir a Madrid y allí comenzó a escribir poesía. Sin embargo no publicó su primer libro, "Querrán ponerle nombre" hasta 1.992 .
Cuatro años después llegó su primera novela "Algún amor que no mate", al que le siguieron "Blanca vuela mañana", "Matadora", la biografía de la torera Cristina Sánchez o "Háblame musa de aquél varón" y "Cielos de Barro" que se llevó el premio Azorín del año 2.000.
Sin embargo, el gran reconocimiento literario le llegaría dos años después, en 2002, con la cinematográfica "La Voz Dormida" que llevaría al cine Benito Zambrano, nueve años después, de forma póstuma.
Una trayectoria corta, pero muy intensa, en la que Dulce Chacón se convirtió en imprescindible de las letras españolas por su compromiso social y su implicación en hacer visible realidades todavía muy olvidadas y ocultas.
