El lenguaje puede no ser inclusivo para todos y todas. Y por ello, es importante prestarle atención. Importante, como dice la “Guía de lenguaje no sexista en la Administración Pública en Extremadura”, porque es necesario evitar los usos sexistas del lenguaje que discriminan a las mujeres y las invisibiliza. La Ley de Igualdad extremeña de hace 10 años ya exigía en su artículo 27 que desde las administraciones públicas que se pusiera el ejemplo a la sociedad con respecto al lenguaje inclusivo utilizándolo en todos los poderes públicos, en la administración y los medios de comunicación, no sólo los públicos sino también los que reciban subvenciones de la Junta. Se ponía así en valor el poder transformador para la sociedad que tienen los medios de comunicación, sus informaciones y la forma de llegar a la ciudadanía.
Hay expresiones que invisibilizan a las mujeres
Los problemas más frecuentes del lenguaje sexista son las expresiones que invisibilizan a la mujer, como el masculino genérico que defiende la Real Academia de la Lengua. Las guías para utilizar de forma igualitaria el lenguaje como la que tiene la Universidad de Valencia nos dicen que el masculino genérico puede resultar inapropiado, ya que oculta la presencia de mujeres, mantiene la ambigüedad referencial y, ocasionalmente, indica un uso sexista del lenguaje en muchos contextos.
Son recomendables los desdoblamientos pero sin abusar de ellos
La ONU recomienda utilizar los desdoblamientos pero no abusar de ellos para no dificultar la lectura del texto. Precisamente por entorpecer la lectura el gobierno francés ha prohibido la utilización del punto medio en los colegios para revelar las formas femeninas y masculinas en el francés. Por ejemplo: "les député·e·s" que responde a una combinación del masculino plural (députés) con el femenino (députées) de la palabra diputado.
La ONU recomienda utilizar los desdoblamientos pero no abusar de ellos para no dificultar la lectura del texto.
Sí que se recomienda feminizar algunas palabras como las profesiones y respetar la igualdad entre niños y niñas a través de la lucha contra las representaciones estereotipadas.
Nombrar bien las profesiones es esencial para un lenguaje igualitario
Las profesiones son en muchas ocasiones una fuente de lenguaje sexista. Según Intermon Oxfam el lenguaje puede hacer que creamos que una mujer no puede ser tan buena médica como enfermera o que los hombres no son limpiadores. Esto sucede si siempre utilizamos expresiones como 'los médicos' para hablar de todos los trabajadores que existen en la medicina sean hombres o mujeres y de las enfermeras o las limpiadoras para hablar de estos colectivos.
Naciones Unidas también desaconseja el uso de expresiones que caigan en estereotipos de género como 'actúa como una niña', 'los hombres no lloran' o 'fuerte como un hombre'. Expresiones que también son lenguaje sexista.
"Si utilizamos el masculino genérico para todo estamos invisibilizando a la mitad de la sociedad, aunque sea sin intención"
Para Olga Tostado, experta en género, "en el camino para conseguir al igualdad de género es fundamental el lenguaje inclusivo y que se vayan haciendo cambios sociales y legislativos". Tostado además es presidenta del Consejo de la Juventud de Extremadura, donde realizan formaciones que buscan la igualdad entre hombres y mujeres. En este momento se está realizando un curso experto en Igualdad de Género que profundiza en el lenguaje inclusivo. Tostado advierte de que "si utilizamos el masculino genérico para todo estamos invisibilizando a la mitad de la sociedad, aunque sea sin intención."
Invertir el género es una herramienta para saber si estamos discriminando
¿Qué podemos hacer para saber si estamos utilizando expresiones discriminatorias? Hay un truco muy fácil: invertir el género. Es decir, cambiamos el sentido de la expresión entre el masculino y el femenino o al revés y si no suena bien, es discriminatorio. Prueben a hacerlo con un chiste machista. Es una fórmula para no caer en este tipo de lenguaje.