Después de que aparentemente PP y VOX rompieran ayer todos los puentes, tras las duras acusaciones de María Guardiola, hoy la temperatura política ha bajado unos grados.
Esa ruptura que ayer se escenificó en la Asamblea abría la puerta a unas nuevas elecciones autonómicas, pero hoy, con los ánimos más calmados y en un tono más rebajado, ambas formaciones continúan abiertas al diálogo.
Aunque el PP mantiene su posición y sus líneas inquebrantables: si gobierna, lo hará en solitario. Mientras, desde Vox siguen sin entender que se pongan líneas rojas al cambio político en la región: No pueden regalar, dicen, sus votos:
Y en medio de esa tensión, el líder de los socialistas les pide que se abstengan y dejen gobernar al PSOE, que fue la lista más votada.
Fernández Vara asegura que repetir elecciones sería un desastre, y que no tiene pensado aún si se presentaría a esos comicios.