Cada vez hay menos jóvenes que llevan flores al cementerio en la Fiesta de Todos los Santos. Son, sobre todo, sus mayores quienes se encargan de continuar esta tradición. Nos lo cuenta Lorenzo Ramos, propietario de uno de los pocos viveros de flor cortada que hay en Extremadura. Se ubica en Valdelacalzada. Allí producen, todo el año, margaritas, claveles o liliums, entre otras.
Ramos atribuye la pérdida de esta tradición, además, a la elección de flores artificiales, en lugar de naturales, y porque cada vez más se opta por la incineración.
Pese a ello, millones de tallos de flores han empezado a salir de los invernaderos para su venta. Una semana muy intensa de trabajo para vender flores a un precio que "nosotros mantenemos igual todo el año", asegura Ramos, secretario también de la organización agraria UPA.
Precios
En cuanto a los precios, floristerías como la del taller de flores y arreglos "El marqués de la vaca", en Badajoz, afirman haber notado una subida de precios en las flores con las que trabajan de hasta un 20 por ciento, nos asegura su propietario César Marqués. Ofrecen centros de flores naturales de todo tipo, los más sencillos por unos 40-45 euros.
Los pedidos empiezan a juntarse en otra floristería por la que nos pasamos, Floristería Viana en Mérida, frente al Hospital. Aseguran que el trabajo se concentra en pocos días. Los clientes esperan a los últimos días, cuando, antes, los centros se encargaban con meses de antelación. Se queja, sobre todo, de la venta de flores y arreglos "entre quienes no tienen licencia para hacerlo".
Flores sueltas, ramos y hasta centros de lo más sofisticados se venderán estos días y, sobre todo, a partir del domingo, para mantener la tradición de honrar en los cementerios a quienes ya no están.
