La pandemia ha acelerado el proceso de dejar de utilizar dinero en efectivo y usar más las tarjetas y los pagos móviles. Cada vez más personas eligen pagar con tarjeta, y muchos ya prefieren utilizar su teléfono para realizar compras, dejando atrás las monedas y billetes.
Los comerciantes, como Fernando Pérez, frutero, lo confirman: “La tarjeta cada vez va a más, sobre todo entre los jóvenes”. Aunque el efectivo sigue siendo común, su uso ha disminuido considerablemente desde la pandemia, señala Roberto Serrano, de la Asociación de Consumidores de Extremadura.
La tecnología NFC ha facilitado esta transición, permitiendo pagos rápidos y seguros con el móvil. Juan Miguel Trejo, director de la empresa Ariadnex, asegura que los mecanismos tecnológicos de pago son seguros, aunque advierte sobre la necesidad de manejar los dispositivos con precaución.
Sin embargo, este cambio también plantea un nuevo desafío: la facilidad del pago digital puede llevar a un mayor gasto, como reconocen algunos consumidores. En resumen, mientras el efectivo sigue siendo relevante, la tarjeta y el móvil están tomando la delantera en nuestra vida cotidiana.