Cualquier día en un hospital la actividad es intensa, pero cuando entramos en una planta donde además, lo único que hay son pacientes covid, entonces la cosa cambia. Es lo que hemos visto en la cuarta planta del hospital de Don Benito-Villanueva. Aquí solo entran pacientes sospechos de covid, o con la enfermedad confirmada. No se deja acceder a los familiares. Y, por eso, comprobamos cómo se ha dividido en 2 zonas: una, con habitaciones con los pacientes sospechosos; y, otra, con los pacientes confirmados con coronavirus. En total hay 40 camas disponibles en esta planta.
Situación de los pacientes covid ingresados
En estos momentos hay ocupadas unas 25 camas, aunque nadie lo diría. Porque aquí, en la zona de sospechosos, las habitaciones están cerradas. Tampoco se puede acceder a la zona de contagiados. Los enfermos acompañan su soledad con la única visita de los profesionales debidamente equipados, para protegerse de la alta carga viral con la que algunos llegan. Y, aunque están conscientes, ninguno quiere contarnos su calvario. Y, lo que más temen los profesionales de esta planta es que ante algún brote de alguna residencia de mayores, se disparen los ingresos. Así lo expresa el jefe de medicina interna del hospital de Don Benito, Miguel Galán, quien dice que "en los últimos tiempos estamos teniendo problemas con centros asistenciales y cuando hay un brote sí que son pacientes con patologías previas, y esos suelen tener algunas complicaciones y los tenemos que tener hospitalizados para tratarlos mejor."
La fatiga pandémica
Los pacientes covid permanecen ingresados en la cuarta entre 12 y 14 días, nos dice el doctor. Aquí trabaja un equipo de 4 médicos y otros 10 profesionales entre enfermeros, auxiliares, de limpieza... Y, cuando se les pregunta qué ha cambiado de la primera a esta segunda ola... todos reconocen el desconocimiento del virus, entonces; ahora, la denominada fatiga pandémica. Según, Carmen Blázquez, directora médica del hospital, " ahora el cansancio acumulado de todos estos meses, hay profesionales que no se han cogido vacaciones, que intentan descansar y siempre le das las mismas vueltas cuando llegas a casa, eso hace que sea más difícil de gestionar el miedo por parte de los sanitarios, y luego también por parte de los pacientes"
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