Por decisión de todas las diócesis el beso se ha suspendido y los fieles sólo harán la reverencia a consecuencia de la expansión del coronavirus. Una medida que parte del Obispado de la Diócesis en consonancia con las recomendaciones sanitarias de la Administración.
En Mérida no es la primera vez que se toma esta determinación. En septiembre de 2009 la gripe A obligó a restringir el besapiés. Aunque los feligreses por norma general, han acogido de buen grado la decisión, teniendo en cuenta los riesgos que puede provocar el contagio del coronavirus.