El 70% de las víctimas de violencia de género tiene dificultades para acceder a un empleo. Muchas veces a estas mujeres "se les ha negado la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo porque están en casa relegadas al papel de cuidadoras del hogar", dice Ara Sánchez, secretaria general de Igualdad y Conciliación.
"Pierden la autoestima, tienen sentimiento de culpa, de vergüenza, de dolor"
Por eso, una vez recuperadas emocionalmente, es necesaria la formación. La Fundación Mujeres Extremadura lleva 30 años acompañando a víctimas de violencia de género en su inserción laboral, como apunta Carmen Casco.
"Trabajamos con ellas la formación si es que la necesitan y contactamos con empresas para la intermediación laboral"
Existen ayudas para las empresas que contraten a víctimas de violencia de género. La Junta aporta una bonificación extra del 10%. Pero también las empresas deben saber adaptarse a las necesidades de este colectivo.
El hotel Ilunion de Badajoz es un ejemplo. Su directora, Conchi Zambrano, explica que tres de las empleadas son víctimas de violencia machista.
"Nos adaptamos a ellas teniendo una flexibilidad horaria, conciliación familiar, permiso para salir al médico..."
Y esas personas, añade, "nos agradecen esa oportunidad, porque les hemos devuelto la vida". Porque para las víctimas conseguir un empleo es el primer paso hacia su libertad.
La psicóloga Mayca Sánchez asegura que la independencia económica "va a llevar a que tengan cubiertas sus necesidades básicas, van a tener una red de contactos y va a subir bastante su autoestima".
"Y al final pueden marcar otras metas en su vida"
Porque la solvencia económica también ayuda a romper la cadena emocional con su agresor.