22 Abril 2025, 8:39
Actualizado 22 Abril 2025, 08:39

Cada 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Tierra, una jornada internacional dedicada a concienciar sobre la importancia de proteger el medio ambiente y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones. Esta fecha, instaurada en 1970 por iniciativa del senador estadounidense Gaylord Nelson, busca unir a personas, gobiernos y organizaciones en torno a un objetivo común: cuidar nuestro único hogar.

El Día de la Tierra se ha convertido en una de las mayores movilizaciones medioambientales del planeta, celebrada en más de 190 países. Su propósito no es solo conmemorar la belleza de la naturaleza, sino también alertar sobre las múltiples amenazas que enfrenta: el cambio climático, la contaminación, la pérdida de biodiversidad, la deforestación y la explotación insostenible de recursos naturales.

Uno de los temas clave en este contexto es el debate energético. Frente al agotamiento de los combustibles fósiles y su impacto en el clima, emitiendo grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂) a la atmósfera, se plantea la urgente necesidad de cambiar hacia fuentes de energía limpias y renovables.

Consumo de plásticos

Este Día Mundial de la Tierra 2025 supone la celebración de la 55ª edición, con el lema “Nuestro Poder, Nuestro Planeta”. Esta efeméride concentra la petición de cientos de miles de personas de consolidar una alianza global para actuar, innovar e implementar medidas de protección del medio ambiente entre todos: empresas, gobiernos y ciudadanos. 

En lo que concierne a los ciudadanos, este día también invita a reflexionar sobre nuestros hábitos cotidianos: el consumo responsable, el reciclaje, la movilidad sostenible o la reducción del uso de plásticos son acciones individuales que, multiplicadas, pueden tener un gran efecto.

Alfabetización climática

La educación ambiental es uno de los pilares fundamentales para lograr un cambio duradero. Comprender cómo funciona el clima, cómo afectan nuestras acciones al medio ambiente y qué soluciones están a nuestro alcance permite tomar decisiones más responsables. Y, si hablamos de educar a la ciudadanía, la reforestación es una de las estrategias más eficaces contra la desertificación y el cambio climático. Los árboles absorben CO₂, mejoran la calidad del aire, conservan el suelo y fomentan la biodiversidad. 

Limpieza y moda sostenible

Hablar de limpieza no es únicamente mejorar los hábitos individuales, que también, sino llevar a cabo acciones colectivas como limpieza de playas, ríos, montañas o parques, que son cada vez más comunes y fáciles de encontrar.

Otro factor a tener en cuenta es la industria textil, que es responsable de una enorme cantidad de emisiones y residuos. Elegir marcas que apuestan por prácticas ecológicas, reutilizar, reparar, intercambiar o simplemente consumir menos ropa son acciones poderosas.