El sueño de Badajoz acabó en pesadilla. En la capital pacense, vestida desde hace días de blanquinegro, todo estaba preparado para celebrar el ascenso de su equipo al fútbol profesional. Pero el sueño se convirtió en pesadilla. El Badajoz tocó el ascenso con la punta de los dedos, pero acabó perdiendo en casa ante el muro del Amorebieta. El partido acabó 0-1 para los visitantes y con el pitido final la ilusión se convirtió en desconsuelo.
Los aficionados pacenses recibían eufóricos el autobús de los jugadores del Club Deportivo Badajoz a su llegada al Nuevo Vivero. "¡Badajoz, te quiero, te vengo a ver ascender", se escuchaba entre vengalas y palmas. Pero no pudo ser. Ni victoria ni empate. Una pena. Pero en el fútbol, la desdicha de unos es alegrías para otros. Todo depende de la grada en la que preguntes. "Es increíble, nadie daba un duro por nosotros y aquí estamos, en Segunda", decía la madre de uno de los de Urritxe.
David ganó a Goliat con su honda. Pero los gigantes siguen siendo gigantes, a pesar de la pedrada. Y este, que es pacense, no se rinde. "No, no, no. al año que viene otra vez. Con este equipo, este público y este estadio el año que viene tenemos ascender".