Los efectos de la sequía se notan, desde hace semanas, en el campo. Una escasez de agua que comienza a suponer un grave problema para los cultivos de algunas de las principales comunidades de regantes de la región.
Es el caso de la Comunidad de Regantes de Orellana. Ellos han decidido que este año no darán agua para riego. Una decisión motivada por la dotación que le concede la Confederación Hidrográfica del Guadiana, del 20%. Aseguran que con esa cantidad no les llega para todos los cultivos de la comunidad. Eso sí, se realizará un riego de mantenimiento en cultivos permanentes de frutales.
El problema para la comunidad de Orellana se agrava por su propio sistema de canalalización. Con dos mil kilómetros de acequias al descubierto, pueden llegar a perder hasta el 20% del agua que le corresponden por las sanciones.
En el otro lado de la balanza encontramos a la comunidad de regantes de Mérida. Con unos sistemas de riego mucho más modernos, el uso del agua dependerá de las lluvias que caigan.
Situación crítica para la fruta de hueso
Problemas también para los cultivos de fruta de hueso. Hemos visitado una plantación en Valdelacalzada. En ella se ha hecho una importante inversión de dinero. Nos aseguran que si no llegan las lluvias, verán muy díficil amortizar todo el dinero destinado a la instalación.
Además la fruta de hueso es un cultivo social, que requiere mucha mano de obra. La pérdida de frutales supondría también una caída en la contratación.
Extremadura pide una norma urgente al Ministerio para abordar la sequía