Esta tarde se vota en el Parlamento Europeo el informe BECA de la Comisión Especial sobre la Lucha contra el Cáncer que busca plantear medidas para frenar la enfermedad. El informe no cita al vino pero preocupa al sector vitivinícola pues vincula el consumo de alcohol, en general, con esa patología.
En sus intervenciones, los eurodiputados de países productores como España, Italia o Grecia han reiterado que su consumo moderado forma parte de la cultura mediterránea, que el informe ataca a dicha actividad agroindustrial y que el etiquetado Nutriscore es una barbaridad.
España, Italia y otros territorios rechazan que se deba poner una etiqueta de advertencia en las botellas de vino de calidad, como las que aparecen en las cajetillas de tabaco. Y se oponen frontalmente a la clasificación que le otorga Nutriscore.
La eurodiputada española del PP, Dolors Montserrat, reclama que se haga una clara diferenciación con el consumo moderado de buen vino. Unos argumentos en los que han coincidido otros eurodiputados de países de la cuenca mediterránea. El eurodiputado italiano, Marco Dreosto, también ha criticado el ataque que en su opinión realiza el informe BECA a la industria vitivinícola de su país y de otros estados productores. La Eurocámara votará el informe BECA a lo largo de esta tarde.
El cáncer provoca cada año más 1,3 millones de muertes en Europa, 6.000 de ellas son niños. También cada año se diagnostican tres millones de casos en la UE. Para reducir estas cifras y promover hábitos más saludables y nuevos tratamientos, el Parlamento Europeo debate la necesidad o no de este informe BECA, propuesto por la Comisión Especial sobre la Lucha contra el Cáncer. Distintos ponentes inciden en el consumo de alcohol como causa de esta enfermedad, pero no diferencian ni en la bebida ni en la cantidad ingerida.