8 Agosto 2024, 12:08
Actualizado 8 Agosto 2024, 21:04

El parque automovilístico de Extremadura se encuentra entre los más envejecidos del país, con una edad media de 16 años, solo superado por Castilla y León. Este envejecimiento del parque móvil regional es una realidad que contrasta con la media nacional, situada en los 14 años.

Desde la pandemia, la compra de coches nuevos ha sufrido un notable retroceso en la región. En la provincia de Cáceres, las ventas han caído un 43%, mientras que en Badajoz han descendido un 34%. A nivel regional, las matriculaciones en 2023 fueron un 37% inferiores a las de 2019. Esta tendencia, que se replica en gran parte del país, se atribuye a varios factores, entre ellos la pandemia, la crisis de los microchips y el encarecimiento de los vehículos.

Antonio González, responsable de marketing de Automoción del Oeste, señala que "el motivo económico o el nivel adquisitivo" dificultan embarcarse en la compra de un vehículo, ya sea nuevo o de ocasión. Además, la espera para la entrega de coches nuevos se ha extendido, lo que lleva a que muchos turismos, que en otros tiempos habrían terminado en el desguace, ahora se reparen para prolongar su vida útil.

Juan Francisco Pérez, propietario del taller Hermanos Pérez en Badajoz, confirma esta tendencia, destacando que la media de edad de los coches en los talleres ronda los 15 años. Con el uso, los coches envejecen, y ahora mismo se están arreglando muchos vehículos viejos porque los nuevos están muy caros y los plazos de entrega son largos.

El envejecimiento del parque automovilístico no solo afecta a los coches de combustión, sino que también evidencia el lento despegue de los nuevos modelos más sostenibles. En Extremadura, los vehículos eléctricos e híbridos representan solo el 2,4% del total del parque, la tasa más baja de España. Según los expertos, este fenómeno se debe a los altos precios de estos vehículos y a la escasez de puntos de recarga públicos y electrolineras en la región.

El parque móvil extremeño es un reflejo de las dificultades económicas y logísticas que enfrentan los conductores. Aunque los vehículos duran más, su antigüedad también implica un mayor riesgo en términos de seguridad vial.