Dejar encinas completamente secas es una de las consecuencias de un enemigo silencioso de la dehesa. Se le conoce como escarabajo de cerdo, un coleóptero de la familia Cerambycidae muy común en las masas de encina y alcornoque. Sus larvas se alimentan de la madera de estas especies y suele atacar a árboles decrépitos o moribundos.
El impacto es devastador. Los árboles afectados sufren un deterioro progresivo, afectando no solo al paisaje sino también a la producción de bellotas y a la industria del corcho. "Produce una merma en la producción de bellota, merma la producción de corcha...En fin, tenemos perdida de arboles y perdida de producción de bellota. Es una incidencia directa", explica Fernando Pozo, gerente de una explotación afectada por el escarabajo de cerdo.
Aunque, según nos aseguran, es irremediable que aparezca, existen métodos o trampas que minimizan los riesgos. La Junta ha encargado a la empresa pública Tecnologías y Servicios Agrarios SA (Tragsatec) la evaluación del grado de afectación del insecto cerambyx en las dehesas extremeñas y la redacción de un borrador de un Plan de control integrado. Han destinado para ello más de 470.000 euros. con un presupuesto de 471.158,40 euros, financiado al cien por cien por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La variedad cerambyx cerdo, también conocida como escarabajo de cerdo, supone una "clara amenaza" para este ecosistema, fuente también de recursos económicos y de empleo. Ante esta situación, se persigue conocer el grado de afectación a día de hoy, mediante prospección en campo, procesado de información y generación de resultados, así como proponer las distintas medidas de control que se consideren oportunas para reducir las poblaciones de este insecto a través de un plan integrado, incide en nota de prensa la Junta de Extremadura.