En plena campaña del tomate, la Guardia Civil de Tráfico pone en marcha controles específicos en las Vegas Altas. Una veintena de agentes se ocupan de vigilar los camiones que transportan tomate por las vías extremeñas con un fin preventivo, para evitar accidentes, pero también disuasorio.
Los efectivos de la Benemérita inspeccionan hasta 40 camiones en una hora. Comprueban que la documentación esté en regla, el estado del vehículo y, sobre todo, vigilan que no se produce vertido de líquidos, propio del transporte de tomate, y arma letal en la calzada para el resto de coches por la falta de adherencia.
No cumplir con la normativa puede suponer multas de hasta 2000 mil euros. Para los transportistas, estos controles son rutinarios.