Más de la mitad de los magistrados que hay en la región son mujeres y, por primera vez, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura es una mujer. Dos hechos muy relevantes que, sin embargo, no deben ocultar otros obstáculos en el camino hacia la igualdad, como la compatibilizació entre trabajo y familia y los techos de cristal profesionales.
Las juezas y las fiscales son las primeras en defender la perspectiva de género en los casos de violencia machista, porque la justicia ha evolucionado con las leyes y con los cambios sociales. Pero la tarea a favor de la igualdad, nos recuerdan, es de toda la sociedad.