21 Octubre 2024, 21:48
Actualizado 21 Octubre 2024, 21:48

Las primeras vacunas contra la lengua azul de la región llegaron a la finca comunal de Higuera de Vargas. Dos semanas y media después, la situación allí es igual de desesperada. "Esto no para, las ovejas llevan un mes muriéndose y aquí nadie hace nada", lamenta Luis Miguel Méndez, uno de los ganaderos de la zona. Y es que la vacuna no ha llegado a tiempo para evitar que el virus se extienda por todo su rebaño, y las ovejas muertas comienzan a contarse por decenas. 

Una escena que se repite en todo el pueblo, uno de los más castigado por el virus de toda la región. Otro ganadero, Víctor Lozano, hace un recuento que retrata bien la crisis: "Estos son todos los días muertes y abortos, llevo ya casi 250 borregos y 50 ovejas muertas". Y las que sobreviven, lamenta, se quedan heridas. Muchas no volverán a parir o tendrán abortos, así que el horizonte a medio plazo tampoco mejorará: "Esto es una ruina por todos lados, se te quitan las ganas de venir aquí por la mañana".

"Esto es una ruina por todos lados, se te quitan las ganas de venir aquí por la mañana".

Por eso, piden a las administraciones ayudas directas que les permita asumir tanto gasto imprevisto y tantos meses duros por delante: "Por lo que sea no quieren pagarle a los ganaderos las pérdidas que estamos teniendo, pero vamos a ir a donde tengamos que ir", advierte Luis Miguel. 

Y es que un mes después de que se detectase el primer caso de lengua azul en Almoharín y con más de 180 focos ya reconocidos, el virus sigue siendo la pesadilla de centenares de ganaderos extremeños.