El encarecimiento del combustible durante los últimos meses lastra la recuperación de las gasolineras extremeñas en un momento en el que el final de las restricciones debiera haber acercado las cifras de ventas a los niveles anteriores a la pandemia.
El presidente de la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), Fernando Mena, ha explicado a Efe que las ventas del sector autonómico son en la actualidad un 15 por ciento inferiores a las cifras de 2019.
En este sentido, el aumento del precio del carburante ha ralentizado la recuperación y ha imposibilitado que la facturación se acerque más a los niveles prepandemia, ya que ha frenado por ejemplo las expectativas de desplazamientos.
En este sentido Mena ha dicho que finalizadas las restricciones se atestiguó “el gran interés de la población por salir y desplazarse”, circunstancia que ahora se dificulta pese a que “esas ganas se mantienen”.
Treinta céntimos más cara
Tanto el litro de gasolina como de diésel han subido unos 30 céntimos de euro desde principios de año, un incremento del que “las gasolineras no se benefician”, ha aclarado Mena tras lamentar que los empleados “sí sufren sin embargo las quejas de los usuarios”.
En este sentido ha recordado que de estos incrementos solo se benefician los productores de petróleo y el Estado, en este último caso porque “recauda mucho más Por este motivo las gasolineras españolas han reclamado que se baje el Impuesto sobre el Valor Añadido del 21 al 10 por ciento, tal y como ocurrido con el caso de la electricidad”.
Ha señalado además que ante la posibilidad de que la situación pudiera ser peor, hay cliente que deciden llenar sus depósitos “ante posibles nuevos elevados incrementos de precios del carburante”.
En estas decisiones también influyen los problemas de abastecimiento que comienzan a tener algunas gasolineras en relación al aditivo Adblue, obligatorio para los coches diésel fabricados a partir de 2014 -aunque no para todas las marcas-, elaborado entre otros con urea, producto que sufre problemas de abastecimiento.
Fernando Mena espera que esta situación de subida de precios no afecte aún a la supervivencia de las gasolineras extremeñas o a los planes de expansión, pero “es verdad que las ventas no son aún las de 2019” y por tanto “los usuarios y las estaciones de servicio son los grandes perjudicados de estos incrementos”, ha lamentado.