Las bajas laborales siguen sin tocar techo en la región: 56 de cada 1.000 asalariados no pueden ir a trabajar por una enfermedad común. Es más del doble que hace tan solo una década.
Los expertos destacan también que a los trabajadores les cueste menos estar de baja gracias a las mejoras en la protección laboral.
Al aumento del número de bajas se une el de su duración, especialmente en la región. Un trabajador extremeño está de baja una media de 80 días, un 33% más que hace una década y casi el doble que la media nacional.
La principal causa, el colapso en la atención sanitaria, que acaba disparando el gasto de la Seguridad Social y las empresas.
Por eso, piden que las mutuas comiencen a asumir bajas por contingencias comunes en lesiones como las de traumatología. Gobierno y comunidades llevan seis meses estudiando ese refuerzo en el papel de las mutuas.