Olivos secos por las heladas del pasado invierno. Una situación excepcional que se da en numerosos olivares de Maguilla y en la que también ha tenido que ver la escasez de lluvias.
Por este motivo, a los agricultores no les queda otra que talar los árboles afectados para que crezcan de nuevo. La producción de este año está perdida y también la de años venideros. Un olivo tarda, mínimo, cuatro o cinco años en comenzar a producir, y de diez a doce hasta estar a plena producción.
Al problema de las heladas se le suma a sequía, que ha dejado a los olivares de Maguilla sin apenas producción. En los olivos que se salvaron del hielo, es prácticamente misión imposible encontrar alguna aceituna.
"Llevamos ya dos años seguidos de falta de agua en otoño y sin aceitunas nos quedamos y este año ya como no llueva otro año más sin aceitunas", lamenta Fernando, agricultor. Calculan que de los más de 5 millones de kilos de aceituna que se suelen cosechar en el pueblo en una campaña normal, este año apenas superarán los 600 o 700 mil kilos.