Desde hoy, los bebés fallecidos antes de nacer pero con más de seis meses de gestación deben ser inscritos y ya pueden tener un nombre en el archivo del Registro Civil. Era una de las reivindicaciones de las familias afectadas.
También podrán registrarse las muertes previas a la entrada en vigor de esta norma, pero los progenitores deben solicitarlo en un plazo de dos años.
Esta modificación refleja el deseo de las familias afectadas para que se reconozca la existencia de su bebé fallecido. Rosa Ana Bonora, vicepresidente de Nubesma, entiende que es una forma de "humanizar a los bebés fallecidos".
Una vez conseguido este derecho, quieren que sea extensible a los fallecimientos ocurridos con menos de 180 días de gestación. Otra de las reivindicaciones es la de ampliar las bajas por la pérdida.
Preocupación de colectivos feministas
L'escola o Alianza contra el Borrado de las Mujeres creen que inscribir en el Registro Civil bebés nacidos sin vida es un "retroceso atroz" del derecho al aborto.
Desde Nubesma responden que "nada tiene que ver con los abortos ni pro-vida". Defiende que el único derecho que otorga la norma es la humanización y reconocimiento del fallecimiento perinatal.
