La crisis del virus de la lengua azul sigue azotando al campo extremeño, especialmente en la zona de La Raya, donde los ganaderos enfrentan importantes pérdidas económicas que amenazan con arruinar sus negocios. La enfermedad, que afecta principalmente a ovejas, continúa propagándose pese a los esfuerzos de vacunación, lo que ha llevado a los afectados a denunciar la falta de soluciones efectivas.
"La situación es muy grave y esto no para. Llevan un mes muriéndose las ovejas y nadie hace aquí nada, y nosotros nos estamos arruinando entre unas cosas y otras", lamenta Luis Miguel Méndez, uno de los ganaderos cuya explotación está afectada: "Contagiadas están todas".
Aseguran que la vacuna llega tarde, ya que gran parte del ganado ya está infectado y no hay forma de revertir los daños. Las pérdidas acumuladas no solo incluyen la muerte de los animales, sino también los costos asociados a las medidas preventivas y las restricciones de movimiento impuestas para evitar la propagación.