Los mercadillos de Extremadura han alcanzado de media, desde que se permitiese el regreso de la actividad hace un mes, un 15 por ciento de afluencia de público en relación a lo habitual antes de la pandemia.
Estas cifras, unidas a las de ventas, donde no se supera el 25 por ciento respecto a los datos que se logran tradicionalmente durante estas fechas, demuestran que el retorno está siendo “difícil”, según ha explicado el presidente de la Asociación de Comerciantes de Mercadillos en Extremadura, Julián Cruz.
Una de las cuestiones que explica estas cifras es que los mercadillos de Extremadura, al no estar abiertos durante enero, no han podido aprovecharse finalmente del tirón que suponen las Rebajas. Estos descuentos continuaron en febrero, pero “la realidad ha demostrado que, para la población, la época de rebajas es enero”, una circunstancia de la que este año solo se han aprovechado las plataformas online.
Según ha explicado, salvo “horas muy puntuales, donde se consigue algo más de público”, la media de afluencia está siendo menor a la esperada por parte de los propios comerciantes, muy necesitados de mejorar sus ventas tras los parones por la pandemia.
La afluencia de público queda por tanto lejos del aforo hoy permitido para los espacios comerciales -un 30 por ciento-, por lo que el objetivo de los comerciantes pasa ahora por “reconquistar” al público.
Campañas de promoción
Cruz ha afirmado en este sentido que el cierre de la actividad durante la tercera ola y el cambio de medidas con el transcurrir de las semanas “descoloca” a los clientes, hasta el punto de que aún hay muchos ciudadanos que preguntan en las redes sociales “si hay ya mercadillo en su municipio”.
Por este motivo, el sector quiere realizar distintas campañas de promoción y sorteos para recordar que la actividad se ha recuperado y para atraer al público, campañas donde también jugarán un peso muy importante los mensajes que incidan en que los mercadillos son espacios abiertos “muy seguros”.
Cruz ha recordado que reactivar los mercadillos de Extremadura no solo beneficia a los comerciantes y a la economía de las distintas localidades, sino que también supone mantener una costumbre en los pueblos extremeños, al ser espacios de relación social entre los clientes, y entre estos y los vendedores.