Suso era una persona independiente, libre, con una vocación marcada por la naturaleza, que no tenía secretos para él. Cada paso que daba te enseñaba algo de campo, era, también, una lección de vida y de compromiso.
Así recuerdan familiares y amigos a Jesús Garzón, más conocido como Suso. Desde niño, sus veranos en Cadalso le conectaron con la naturaleza de una manera especial. Siempre acompañado por un libro de campo, se convirtió en pionero en la defensa y divulgación del medio ambiente. Entre sus grandes logros, la protección de Monfragüe al que consideraba un santuario natural para la migración de las aves.
Una lucha que compartió con Emiliano Martín, guarda forestal de Monfragüe desde 1976. Recuerda esos años de incansable trabajo hasta convertir este paraíso, en parque nacional. "Tuvimos que acabar dando conferencias en los pueblos porque la gente estaba en un plan muy malo, pensaban que los iban a quitar de cazar, de pescar... la gente no quería un parque, había mucha oposición", recuerda Emiliano.
Uno de los pueblos marcados por este parque es Serradilla. Por ello, la revista local, 'El Migajón', tras la muerte de Garzón en diciembre, le dedicó su editorial.
De la mano de Juan Serna entró en política en 1984, convirtiéndose en el primer conservacionista en ser director general de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura. Gran defensor del pastoreo y la trashumancia, luchó para proteger las cañadas reales.
Un trabajo, el de Suso Garzón, que colocó a Extremadura, para siempre, en el mapa mundial de la biodiversidad.
Segunda jornada de FIO en Monfragüe con gran afluencia de público