13 Octubre 2023, 11:45
Actualizado 13 Octubre 2023, 11:45

Para conocer más a fondo la vida contemplativa hemos visitado el Convento Clarisas de Montijo. Lo habitan seis monjas procedentes de México y Nicaragua. Sor Magdalena es una de ellas. Explica que ante la falta de vocaciones en España, las ordenes religiosas piden apoyos a sus monasterios en otros lugares del mundo, y que desde allí algunas de ellas aceptan la propuesta. Aunque, eso sí, "el régimen de clausura es mucho más estricto aquí que en América Latina. Cambia mucho porque en México, por ejemplo, salimos fuera a vender nuestros dulces y aquí todo lo hacemos por el torno. Es diferente, pero nos acostumbramos", señala. 

Sor Magdalena explica que propósito de vida de las monjas de vida contemplativa como ella es rezar por los dolores del mundo, "tu libertad está en elegir estar encerrada. Aquí lo encuentro todo". Enumera la conexión con Dios ," la fraternidad con las hermanas, el cariño de todas, el apoyo, y el trabajo, que no es poco. Porque además de orar, también deben encargarse de hacer sostenible el convento. En la mayoría de los casos elaborando dulces entre las pocas monjas que habitan el convento.

Dulces artesanos

Sor Concepción, la abadesa de este convento relata que no es fácil: "Nada sencillo. Incluso nosotras no hemos subido en varios meses los precios, a pesar de que todo está carísimo porque todo está subiendo. A esto hay que añadir que no llevan ningún conservante y que los hacemos uno a uno. Son dulces artesanales".

Ante las dificultades económicas que afrontan en los conventos, la Conferencia Episcopal y los monasterios han firmado un acuerdo por el que  las monjas de clausura han pasado a cotizar por el régimen de autónomos.  Anteriormente pagaban seguros privados y no cotizaban.

Desde la Delegación de vida consagrada de la Diócesis  de Coria- Cáceres confirman  que en el caso de que de manera autónoma los mencionados conventos no sean capaces de asumir los gastos que el sello de autónomas, y que la vida del monasterio genera, pueden acudir al "fondo monacal", una partida que la Conferencia Episcopal reserva para este tipo de situaciones.