Los trabajadores de sectores no esenciales no podrán ir a trabajar desde este lunes hasta el 9 de abril. Son 15 días pero sólo 8 laborables. "No son unas vacaciones obligatorias", ha aclarado la ministra de Trabajo. Una medida que no se va a aplicar a quienes ya hagan teletrabajo, a quienes ya estén sujetos a un ERTE, ni a quienes se encuentren de baja o de permiso de maternidad o paternidad. Es una fórmula imaginativa e inédita, dice el gobierno, en la que tanto trabajadores como empresarios ceden. "Con esta medida no pierden derechos los trabajadores y las trabajadoras. Insisto: van a recibir sus retribuciones al completo, al completo. Y no pierden derechos las empresas. En definitiva, la economía en su conjunto gana", ha declarado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Los trabajadores podrán negociar con su empresa cómo devolver esas horas no trabajadas hasta el 31 de diciembre. Por su parte, las empresas podrán seguir acogiéndose a un ERTE. Esta nueva medida convive con la flexibilización de las condiciones de los expedientes de regulación temporal de empleo. El objetivo es reducir aún más la movilidad para intentar reducir más el número de contagios y evitar un posible colapso sanitario. "Estamos reorientando toda esa actividad industrial, conjuntamente con el ministerio de Industria. Espero que en los próximos días podamos ya asistir a una producción nacional de mascarillas, de respiradores e incluso de los kits rápidos que nos permita autoabastecernos", ha dicho la ministra de Hacienda y portavoz del gobierno, María Jesús Montero. El mercado exterior, señalan desde el ejecutivo, está prácticamente cerrado.