De la internacionalización y la expansión de la Feria Ganadera de Zafra sabe muy bien una de las personas que más la ha vivido desde dentro, desde que era niño. Pedro Ramos empezó con 14 años como el "chico de los recados" y se ha encargado de la gerencia de la FIG los últimos 34 años. Este, con 67, es su primer año jubilado, aunque no totalmente desvinculado.
Ramos ha sido fiel testigo de la historia de esta muestra ganadera, sus primeros recuerdos son de cuando era solo un niño y el ganado porcino se ubicaba en los llamados "corralillos" a los que las piaras llegaban caminando.
Más tarde, su experiencia profesional como gerente le ha servido para conocer bien los detalles y la evolución de un evento que se instaló, al principio, en los aledaños del Palacio de Zafra, y se trasladó después a su ubicación actual.
Años más tarde llegaría la especialización de una feria que no paraba de crecer. Se crearon las Asociaciones de Ganaderos y se comenzó a explotar su ámbito más comercial. Todo hasta llegar a lo que hoy conocemos: 25 hectáreas dedicadas a actividades comerciales y ganaderas, y variedad de jornadas técnicas.
Una evolución natural según Ramos, que subraya que la Feria Ganadera ha sabido adaptarse siempre a los tiempos. Aunque, reconoce también, aún queda trabajo por delante. Entre lo que cree que hay que mejorar: las infraestructuras y las plazas de aparcamiento. Una espina que, admite, se lleva clavada.
Toda una vida vinculada a esta exposición internacional ganadera que, sin duda, este ya ex-gerente, que siempre ha preferido estar en segundo plano, seguirá disfrutando.