Era azul claro el fondo de la inscripción sobre el que se situaban las letras de bronce que, en el Teatro Romano de Mérida, recordaban a su fundador: Marco Agrippa. Es uno de los hallazgos ante los que puede sorprenderse el espectador que decida pasarse estos días por la sede del Consorcio de Mérida, que es además, sede del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida. Ambos han organizado Puro Teatro, la muestra que pretende que el público se pare ante rincones del Teatro en los que no se suele parar y repare sobre la historia que guardan y que nos cuentan.
"Desde su descubrimiento, en 1910, por Mélida y Macías, hasta hoy, el Teatro Romano de Mérida es otro edificio completamente distinto. Se han hecho muchísimas intervenciones", explica Rocío Ayerbe, arqueóloga del Consorcio de Mérida y comisaria de la exposición. Y Puro Teatro, quiere darnos una de las miles de lecturas que pueden sacarse del monumento: la de los nombres y los hombres y mujeres que, piedra a piedra, lo han ido creando (Augusto, Agrippa, Trajano) y luego, recomponiendo ( Raquel, Rocío, Juana, Félix y el resto de arqueólogos del Consorcio, por ejemplo, pero también otras manos anónimas que lo han restaurado, excavado, conservado).
Puro Teatro pretende que el público se pare ante rincones del Teatro en los que no se suele parar y repare sobre la historia que guardan y que nos cuentan.
También hay fotos de Margarita Xirgu, porque alguien tenía que encargarse de resucitar a la joya de la corona emeritense y fue ella quien le hizo el primer boca a boca.
Tableros de juegos de azar escondidos en la Orchestra y las cavea
Después vinieron otros, directores, directoras, actrices y actores y mucho público amante del Teatro; y muchos turistas y muchos estudiosos de todo tipo pero no todos se han fijado, seguramente, en que hay seis tableros de juegos de mesa escondidos en la Orchestra o de que en las primeras gradas de mármol, reconstruidas ahora en ladrillo "hay una especie de cazuelitas, como las que se usan para el gua", explica Juana Márquez, también arqueóloga del Consorcio y comisaria de Puro Teatro. Las apuestas estaban prohibidas en la antigua Roma y eran perseguidas, pero es que los espectáculos duraban mucho tiempo (a veces días enteros. Imaginen).
La huella de un niño de 10 años
Muy cerca de la escultura de la Xirgu hay un muro en el que está impresa una huella de un niño de 10 años y en la otra parte del edificio, sorprende el sistema de encaje de las piedras para sostener la bóveda, "se hacían y encajaban in situ". "Es una oportunidad estupenda para descubrir aquí las piezas y después ir al Teatro a localizarlas" , invitan las comisarias. Y a disfrutarlas. Les hemos contado cuatro en este artículo y en este vídeo, pero hay doce. Vayan e investiguen, que la cultura está ahí siempre que queramos apreciarla.