La llaman la "muerte dulce" porque la víctima no sufre. La inhalación de monóxido de carbono provoca que la persona se vaya adormeciendo lentamente y no sea capaz de reaccionar ni de moverse. La inhalación hace que no llegue el suficiente oxígeno al cerebro, el ritmo cardiaco disminuye y se para el corazón. Habitualmente ocurre por la mala combustión de una estufa, una chimenea o un brasero
Las personas mayores o los niños podrían ser más vulnerables ante una intoxicación por CO, pero este gas es peligroso para todos. Para evitarlo es muy útil instalar un detector detector de monóxido de carbono que avise con un fuerte pitido y con tiempo suficiente para reaccionar. Además es importante mantener siempre ventilados los espacios donde haya chimeneas o braseros
Consternación en Alburquerque por la muerte de un matrimonio intoxicado por un brasero de picón