Tras siete días seguidos sobre las tablas del Teatro Romano, Salomé se toma dos días de descanso hasta el viernes, cuando volverá a contar su historia ante el público del Festival de Mérida. Nosotros nos hemos colado en el camerino para hablar con Helena Sanchís, que es la que diseñadora del vestuario de los actores y actrices de la obra.
Salomé, nos cuenta la vestuarista, luce un vestido de princesa cuyas capas son una metáfora. Su cazadora motera arroja el punto de rebeldía que representa el deseo de huir de Palacio y el fondo de fuego que simboliza la pasión y la sensualidad del personaje.
Herodías es una mezcla entre "reina africana y señora marbellí" mientras que Herodes "tiene puntos setenteros, elementos contemporáneos como las gafas de sol" y aires de "dictador africano". Su guardia, la guardia real de Herodes, viste con cobijas: "son las típicas de las mujeres de Vejer" y simbolizan también a las mujeres veladas que tienen el deseo de desvelarse.
También nos ha explicado el vestuario de Sirio: faldas y enaguas para representar a un ser andrógino, a un ser que no es nada pero que lo ve todo, que anticipa el futuro y que reflexiona sobre el mundo nuevo que todavía no ha llegado y que debería llegar.