Decenas de vehiculos del SES recorren Extremadura cada semana. En ellos se trasladan las dosis de las vacunas a los distintos municipios de la región. Un equipo de sanitarios especializados se encarga de su custodia, distribución y de inocularlas a sus destinatarios.
Llegan con la temperatura adecuada a los centros de salud. Y a partir de ese momento, comienza el ritual. Se preparan los viales para inocularlos y los ciudadanos no necesitan ni bajarse del coche.
En algunos pueblos les llaman los ángeles de las vacunas. Son muchos los que están ilusionados con la llegada de las vacunas sobretodo en aquellas localidades más castigadas por la pandemia.