El pequeño Abel tiene ahora 5 años, pero no ha tenido una vida fácil.A las 48 horas de nacer tuvo que ser intervenido para solucionarle una obstrucción intestinal sobrevenida. Tras 11 meses bajo supervisión médica, según la sentencia, las prisas por reconducir su tránsito intestinal llevaron al niño a una lista de espera para un trasplante multiorgánico en el Hospital Universitario de la Paz, de Madrid. Trasplante que se realizó, con éxito, en abril de 2017, cuando apenas tenía 3 años.
Ahora un fallo de un juzgado de Mérida condena al SES, y a su compañía de seguros, a indemnizar a la familia con 100 mil euros por una mala praxis médica.
La sentencia centra la mala praxis en el cierre precipitado del instestino que se le practicó, sin constatar la existencia de la enfermedad rara que sufre el pequeño: una enfermedad que afecta a las células nerviosas del colon e impide la evacuación. Desde la Junta de Extremadura, que han recurrido la sentencia, no hacen declaraciones al respecto al tratarse de un menor. Un fallo que también valora, en uno de sus apartados, la urgencia vital con la que actuó el SES nada más nacer el niño.