La ayahuasca, conocida como "la soga de los espíritus" o "la liana del alma", es una bebida ancestral y sagrada utilizada por pueblos amazónicos durante siglos. Aunque su uso ha sido tradicionalmente medicinal, en los últimos años ha ganado popularidad en Estados Unidos y Europa, por el testimonio de figuras públicas como Will Smith o Megan Fox.
Fernando Pérez del Río, Doctor en Psicología y Profesor en la Universidad de Burgos, no recomienda su uso con fines terapéuticos. "En psicoterapia, es muy delicado", apunta Pérez del Río. La ayahuasca se elabora a partir de dos plantas: la liana de ayahuasca y las hojas de chacruna.
Para extraer sus propiedades, hay que someterlas a un proceso de cocción bajo el fuego de leña, dentro de una olla con abundante agua hasta que hierva. Según el tiempo de cocción, se conseguirán diferente grados de intensidad: desde una simple infusión hasta un cocimiento lento durante varios días. El resultado es una bebida marrón que altera la percepción y genera imágenes nítidas, que solo podría ser preparada por un Chamán. Sin embargo, entre los peligros que señala Pérez del Río, destaca que no se controlen las cantidades. "Al igual que cuando consumes éxtasis que no sabes dónde ha caído la gota o el LSD"
Para quienes la defienden, la ayahuasca no es una sustancia lúdica, sino una herramienta terapéutica que potencia el pensamiento creativo y fortalece la flexibilidad psicológica.