Edificio Wittgenstein, en la avenida Reina Sofía de Mérida.
La Comunidad de Vecinos del Edificio Wittgenstein, ubicado en la Avenida de Reina Sofía e integrado por 76 viviendas, se ha empezado a movilizar después de soportar más de un año los continuos ruidos provocados por un estanco abierto las 24 horas del día en uno de los locales comerciales del inmueble, lo que les impide el descanso nocturno.
Como primera medida de protesta decidida en junta vecinal, se han colgado grandes pancartas en los balcones en las que puede leerse "Nuestros niños y mayores no pueden descansar", "Tenemos derecho al descanso", "Ayuntamiento, soluciones ya" y "Estanco, licencia de 12 horas".
Los vecinos no piden que el estanco abandone el edificio, sino que vuelva a su licencia inicial de 12 horas
Los vecinos, según ha explicado a Efe una de las afectadas, no piden que el estanco abandone el edificio, sino que vuelva a su licencia inicial de 12 horas, lo que le permitía estar abierto de nueve de la mañana a nueve de la noche y no durante las 24 horas, como ahora.
Por ello, ven incomprensible que el Ayuntamiento le otorgase al estanquero hace más de un año, justo antes del confinamiento, una ampliación de la licencia a 24 horas en un edificio de viviendas, lo que lleva aparejado ruidos continuos en la calle que les impiden el descanso nocturno.
Actividades 'fuera de ley'
Los vecinos denuncian que en este establecimiento, además de tabaco, se venden bebidas alcohólicas incluso después de las doce de la noche y se cocinan hamburguesas, a pesar de que la licencia con que cuenta solo permite la venta de productos envasados al vacío.
"Al estar toda la noche abierto, es imposible descansar, sobre todo los fines de semana, cuando llegan continuamente coches con la música a todo volumen e incluso hacen botellón en el césped exterior del edificio o en un parque que hay por la parte de atrás", ha relatado una de las vecinas, quien ha denunciado que el sábado, como ya estaban colgadas las pancartas, les lanzaron vasos de cubata de plástico a los balcones. Por ello, dice que ya no se atreve ni a salir a su terraza a pedir a los jóvenes que allí se concentran que bajen la música, "porque se te encaran", y que se limita a llamar a los municipales, que "unas veces vienen y otras no".
Además, los vecinos denuncian que todo este trasiego nocturno ha hecho que en la zona se "trapichee" también con droga y que se produzcan altercados y peleas, además de la suciedad que conllevan orines o vómitos en el entorno del edificio.
El administrador de la comunidad ha pedido mantener una entrevista con la alcalde para abordar la situación, pero si no se soluciona el problema los vecinos están dispuestos a acudir a la vía judicial para que su derecho al descanso sea reconocido y protegido.