8 Julio 2021, 22:22
Actualizado 20 Julio 2021, 07:39

Llega el primer golpe serio de calor para esta recta final de la semana, en la que hablaremos de máximas de más de 40-42º en Extremadura o de más de 45º en el sur peninsular y de mínimas a las que les costará bajar de los 22-25º incluso. Unas condiciones ambientales que suponen un serio riesgo para la salud que a veces se minimiza.

Algunos de los últimos episodios de calor extremo confirman que las altas temperaturas disparan los índices de mortalidad. Hace unos días os contábamos la histórica ola de calor que afectaba al noroeste de los EE.UU. y el oeste de Canadá y que tuvo su imagen más representativa en los casi 50ºC que alcanzaron los termómetros en Lytton Creek (Canadá).

Los 49.6º del pasado lunes 28 de junio en Lytton Creek es la temperatura más alta registrada jamás por encima del paralelo 45º. Ni en Europa ni en América del Sur se han llegado nunca a temperaturas tan altas

A falta de estudios y análisis más profundos de esta ola de calor en concreto ya sabemos que, en los 4 días de pico de este episodio de altas temperaturas, desde el viernes 25 de junio al lunes 28, los servicios de emergencia de la zona confirmaron 65 fallecimientos directamente relacionados con los golpes de calor y se cuantificó un incremento de casi un centenar de decesos en toda la Columbia Británica. Se registraron 233 decesos mientras que la media de ese periodo de 4 días es de 130: hablamos pues de casi un 80% más de fallecimientos.

Para áreas menos acostumbradas al calor y para personas de mayor edad (por encima de los 65 sobre todo) los riesgos de mortalidad por altas temperaturas se disparan

 

Estudios en España

Más cerca, aquí, en España, la larguísima ola de calor de 2003 impulsó nuevos estudios que relacionasen los incrementos de temperatura y el aumento de la mortalidad y expuso a nivel mediático el problema. Concretamente en un estudio del Instituto Carlos III (F. Martínez 2004) se estimó que la mortalidad de ese verano de 2003 había sido un 8% más alta en el conjunto del país, sobre todo en la población mayor de 65 años donde el incremento había sido del 15%.

En España el riesgo de mortalidad aumenta casi un 10% por cada grado que la temperatura supera los umbrales de ola de calor

Un riesgo de muertes que además es mucho más elevado en los primeros episodios de altas temperaturas de la temporada (como sería el caso de este fin de semana) que en los siguientes. Se estima (mccstudy 2016) que en España este riesgo es el doble en el primer episodio (64%) que en los sucesivos (29%).

 

El calor, también peligroso durante la noche

Y ojo, que no solo hablamos de calor durante el día. Aunque la mayoría de los trabajos hacen referencia a los incrementos de la temperatura diaria y a su relación con los aumentos de la mortalidad, como hemos comentado, los efectos de las altas temperaturas durante las noches (y este fin de semana veremos con en algunas comarcas extremeñas costará rebajar los 23-25º) también son un factor clave en este asunto.

Recientemente se ha publicado un estudio en la revista Epidemiology (junio 2021) que establece para varios países del sur de Europa como España, y para algunas ciudades en concreto, que existe una fuerte evidencia estadística también entre el aumento de la mortalidad y las altas temperaturas nocturnas. En concreto, lo que destaca este trabajo es que la mortalidad diaria tiene una mayor relación con la intensidad de esas noches de calor que con la duración de los episodios de noches cálidas.

Datos que son coherentes con los mecanismos biológicos que explican los fallos potenciales en el organismo a causa de las altas temperaturas. Y es que, si ni siquiera nuestro cuerpo puede “descansar” del estrés térmico por las noches, las posibilidades de sufrir trastornos asociados al calor se disparan.

Lo dicho: mucha precaución y a seguir las recomendaciones habituales para minimizar los efectos de las altas temperaturas.

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