Según los informes del Departamento Meteorológico estatal de India, en los próximos meses es probable que los acumulados del monzón se sitúen dentro del baremo de la "normalidad", entre el 94 y el 106%, esto es, dentro de la media de unos 870l/m2 en el próximo cuatrimestre.
Se trata de unas lluvias muy esperadas puesto que de ellas depende la siembra de cultivos críticos como son el arroz y la soja, que mueven más de 2,7 billones de dólares cada año. Se da la circunstancia, además, de que el monzón riega casi la mitad de las tierras agrícolas del país que carecen de riego.
El monzón es un régimen de vientos marítimos, cíclico cada verano, que aporta en torno al 70% de las lluvias de todo el año.
Unas lluvias irregulares darían al traste el cultivo de estos cereales, con una merma en su calidad y en su cantidad. Esto provocaría una reducción en las exportaciones para garantizar suministros suficientes para los 1.400 millones de habitantes del país.
El monzón es un viento estacional que se produce por una descompensación de las temperaturas entre el suelo firme de la península de La India y el océano Índico. Esto provoca que se formen diferentes centros de presión que tienden a equilibrarse con unas corrientes de viento desde el mar hacia el interior de continente, aportando gran cantidad de nubosidad y de precipitaciones.
Cada año la India produce más de 130 millones de toneladas de arroz que alimenta a la mitad de su población.
Esta temporada de lluvias suele empezar en el suroeste del país, en las costas de Kerala, y lo suele hacer en la primera quincena del mes de junio. Dura, por lo general, hasta finales de septiembre, aunque excepcionalmente se puede prolongar hasta noviembre.