¿Por qué cada vez hay más episodios de calima?

Es un engorro, la verdad. Deja todo perdido: suelo, plantas, cristales, ropa, coche... todo lo que esté al exterior y su estudio y pronóstico es un nuevo reto para los meteorólogos. A la calima se le vigila desde tres observatorios en todo el planeta. Uno está aquí, en España, en el Barcelona Regional Center, perteneciente a la Agencia Estatal de Meteorología y en coordinación con el Barcelona Supercomputing Center. Su área de estudio abarca todo el norte de África y Europa occidental. Los otros están en Pekín, que vigila toda Asia, y el último en Barbados con el ojo puesto en el continente americano. 

Evidentemente, las principales fuentes de origen de este litometeoro son los grandes desiertos, como el Sáhara, que, además, lo tenemos bien cerquita. Su extensión ha crecido en 10% durante el siglo XX, según los últimos estudios. Esto, junto con el cambio en el patrón de los vientos que afecta a la Península, pone en aviso a la comunidad científica por el más que probable aumento de los episodios de polvo en suspensión para los próximos años.  
 
Los trastornos que provoca este polvo en suspensión van mucho más allá de los que comentaba al principio de estas líneas. Agrava las enfermedades cardiorrespiratorias y a veces su tamaño es tan pequeño que atraviesa los alveolos pulmonares, infiltrándose de lleno en el torrente sanguíneo. También actúa como abrasivo con ciertos metales en los aviones, sobre todo en las turbinas, lo cual supone un coste económico importante. 
 
Sobre estos temas estuvimos hablando con Ernest Werner, jefe de estudios de desarrollo y director técnico del Barcelona Dust Regional Center de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Esta entrevista se emitió el pasado viernes, 25 de marzo de 2022 en “El Sol sale por el Oeste”.