Desde hace más de 150 años la Cruz Roja vive pendiente de una sirena en Extremadura. Su actividad depende de una llamada, cada día es una aventura nueva para la que deben estar preparados con el objetivo de actuar con rapidez, seguridad y éxito.
Este organismo se fundó el 2 de agosto de 1873 en Badajoz y desde entonces no han dejado de ayudar en todo el territorio extremeño. En la actualidad sus ambulancias se encuentran disponibles para reforzar el sistema público de salud.
Cruz Roja desarrolla en Extremadura más de 200 programas de intervención sociosanitaria dirigidos a personas en riesgo de exclusión social. Además, cuenta con 36 asambleas locales, más de 13.000 voluntarios y en torno a 30.000 socios.
Cruz Roja Extremadura tiene cerca de 30.000 socios y 13.000 voluntarios repartidos por las 36 asambleas locales.
Su plantilla está conformada por voluntarios con y sin formación desde personal de enfermería, técnicos sanitarios hasta conductores. Todos ellos no perciben ningún tipo de salario, aunque como nos contó Román, voluntario de la plantilla de Badajoz, "cobramos en gratitud, en saber que hemos podido evacuar a las personas y que nuestro auxilio ha sido satisfactorio para salvar la vida de esa persona".
"Cobramos en gratitud, en saber que hemos podido evacuar a las personas y que nuestro auxilio ha sido satisfactorio para salvar la vida de esa persona".
Voluntarios que trabajan expectante del sonido del teléfono y deseando que no suene. El 112 es el organismo que transfiere los avisos a Cruz Roja y durante la pandemia ha incrementado su actividad en un 78%.
En las llamadas, además de tranquilizar a la persona que avisa de la emergencia, deben saber qué está ocurriendo, dónde y el número de personas implicadas en el incidente. Los accidentes de tráficos siguen a la cabeza entre los avisos de emergencias.