Olivenza ha olvidado por unos días el duro impacto turístico de la pandemia. La población ha multiplicado por cuatro su población este fin de semana con miles de visitantes dispuestos a disfrutar de su feria taurina, de su gastronomía y del ambiente único de esta localidad fronteriza. Algunos hosteleros tienen reservas desde diciembre, y celebran el "balón de oxígeno" tras el parón del año pasado.
Y es que las expectativas han superado las mejores previsiones este año. El gran respaldo ha venido de la asistencia a los festejos, con una buena entrada en la novillada del viernes, tres cuartos largos de entrada en la encerrona de Antonio Ferrera esta mañana y dos llenos hasta la bandera en las tardes del sábado y el domingo con carteles repletos de primeras figuras.
Con ese buen sabor de boca reciente, el Ayuntamiento ve más cerca que nunca su próximo objetivo: que en la Feria del Toro de 2023 la fiesta ya haya sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Y es que entre el interés de la feria no está solo la lidia o el mundo del toro. Las actividades complementarias también suman visitantes y prestigio a la fiesta. Este año ha habido una destacadísima: el concierto de Manuel Carrasco, que ha atraído hasta Olivenza a ocho mil seguidores absolutamente entregado a su talento.
Todo suma para que Olivenza sea, un año más, un lugar de visita obligada a principios de marzo.