Moraleja vive hoy su segundo año sin fiestas patronales debido a la pandemia. En circunstancias normales, este 14 de julio (festivo local) el ambiente en el municipio sería festivo con su chupinazo, su misa en honor al patrón San Buenaventura, su procesión y sus tradicionales encierros.
Sin embargo, la realidad es bien distinta. Calles semivacías, muy poca gente y nada de fiesta. Tan sólo los típicos pañuelos verdes engalanando algunos balcones.
Sin fiestas y encerrados
Los moralejanos vuelven a quedarse así sus fiestas patronales y en esta ocasión, además, con un cierre perimetral en vigor dada la alta incidencia de covid- 19 en la localidad. Supera los 870 casos por cada 100.000 habitantes a los 14 días. Y es, de hecho, la población extremeña de más de 5.000 habitantes con la Incidencia acumulada más alta a los 14 días.
Una situación complicada que los vecinos, sin embargo, asumen con resignación. Entienden que tal y como están las cosas no se pueda festejar nada y la salud esté por encima de todo lo demás. No obstante, también se muestran esperanzados con que el próximo año ya sí, sea posible sacar de nuevo al Santo y llenar las calles de música y algarabía.
Y es que este municipio echa mucho de menos estos festejos tan populares.