Fernando Polo no olvidará nunca el viernes por la tarde que acudió a dar de comer a sus borregos y acabó detenido. Una labor rutinaria en la finca de la dehesa boyal de Alcuéscar que aquel día se convirtió en la peor pesadilla que ha vivido en sus 47 años. Sobre las siete de la tarde, Fernando llegó en su coche a la finca municipal donde tiene su ganado, al rebasar la puerta se encontró con un hombre con el que compartió saludo y poco más. "Pero me di la vuelta porque hace unos días me robaron un borrego y me dije: "A ver si éste va a venir a por otro". Así que volvió en su coche hacía la entrada de la finca, y fue entonces cuando comenzó una escena de película, pero con su propio pueblo como escenario y su vida como protagonista. Vio al hombre con el que había estado hablando hacía unos segundos corriendo perseguido por otro que llevaba una pistola en la mano y disparaba al aire. Pero su sorpresa fue aún mayor cuando divisó una furgoneta blanca de la que salía una mano con una pistola en dirección a él y una voz gritándole: "Párate, o te mato".
Sin pensarlo emprendió la huida hacía el pueblo por caminos y campo a través. Unos siete kilómetros con la furgoneta pisándole los talones y las balas impactando en su vehículo. Hasta cinco impactos recibió su coche, que le hicieron añicos la luna trasera. "¿Dónde voy, dónde voy? ¡Este tío me mata" cuenta aún nervioso Fernando que iba bullendo su mente. Sin pensarlo demasiado se metió en el bar El Peral, entró pidiendo socorro a la gente que estaba allí tranquilamente tomando café y charlando de sus cosas cotidianas. "Entró en el bar y empezó a insultarme: ¡que te mato, que te mato! y después de un forcejeo me pegó con la culata [de la pistola] en la cabeza, me tiró al suelo y me quería hasta romper una silla en la cabeza". En el bar irrumpieron poco después guardias civiles que pudieron calmar la situación, "pero yo pensé que me mataba sin comerlo ni beberlo".
La persona que perseguía a Fernando era una guardia civil de paisano, pero con pistola. "En ningún momento se identificó, en ningún momento. Solo dijo: "Para, que te mato", explica el ganadero, que añade que "iba en una furgoneta blanca con 30 años de antigüedad, perfectamente". Del bar, Fernando tuvo que ser trasladado al Centro de Salud de Alcuéscar donde fue asistido por los sanitarios que le dieron cuatro puntos de sutura en la cabeza y algo para tranquilizar su estado nervioso. Después, ya en el cuartel, intentó aclarar la situación de lo ocurrido. "Aquella noche me pidieron disculpas los guardias civiles". Cuando se fue a casa eran más de las nueve de la noche.
Hoy, justo una semana después, lo cuenta desde un céntrico hotel en Cáceres junto a su abogado, Ángel Luis Aparicio.
Versión de la Guardia Civil
Días después, cuando Canal Extremadura hizo pública la historia de Fernando en estos mismos términos, la Guardia Civil emitió un comunicado a la prensa dónde explicaba su versión de los hechos. Cuenta que ese mismo día "se llevó a cabo un dispositivo operativo para prevenir el tráfico de drogas, dentro del término municipal de Alcuéscar" en el que los agentes intentaron identificar a los conductores de dos vehículos. "Ambos huyeron y uno de ellos fue interceptado por un agente que para evitar su huida y ser atropellado, realizó varios disparos intimidatorios sin poder detener su marcha".
Según explica la benemérita, "el conductor del citado vehículo fue identificado en la localidad de Alcuéscar y trasladado a dependencias policiales".
Cuando a Fernando Polo le llegó la versión de la Guardia Civil no daba crédito. Si por él hubiera sido, el asunto de aquel viernes no hubiera ido a más. "Yo no iba a denunciar, lo que quiero es que esto acabe cuanto antes, pero si encima me van a mi a imputar un delito, ¡esto ya es increíble!" La Guardia Civil le acusa de haber intentando atropellar a un agente, es decir, de atentado a la autoridad, penado con hasta cuatro años de cárcel. "Si a nosotros no nos incriminan en ningún delito, solo vamos a defender el honor de mi representado", justifica su abogado, Ángel Luis Aparicio. Pero ahora, acusado de intentar atropellar a un agente "nosotros vamos a poner una denuncia por intento de homicidio, ser tiroteado y ser golpeado sin causa justificada".
Fernando mira a su abogado de reojo mientras éste utiliza términos legales para explicar cómo van a proceder con la denuncia. Quizá se pregunta cómo se ha visto envuelto en esta situación, quizá continúe preguntándose cómo pudo acabar así aquella tarde, normal y corriente, cuando iba a dar de comer a sus borregos.
Tiroteo y persecución "por error" en Alcuéscar