Con el repique de campanas comenzaba uno de los momentos más esperados en Torrejoncillo: las puertas de la iglesia de San Andrés se abrían de par en par para ver a María Inmaculada.
En la Plaza Mayor, miles de personas la esperaban. Y en la salida del Estandarte escuchábamos salvas y vivas por la virgen.
"Es algo que esperas todo el año, no se puede describir con palabras, hay que sentirlo"
Una emoción que se vivió durante toda la procesión por las calles de la localidad. El sonido de las escopetas junto al relinchar de los caballos anunciaba que el estandarte estaba cerca, y ni la lluvia ni el frío podían con esta tradición.
"Yo llevo encima mi escopeta desde hace 25 años"
Una tradición que se remonta al siglo XVI y que se vive desde pequeños.
"Voy a seguir con la tradición porque me emociona mucho esta fiesta"
Tras la entrada en la iglesia, comenzaron las hogueras y templaron una noche que, de nuevo, queda para el recuerdo de miles de personas.