Simulacro este jueves en la planta termosolar de Logrosán. Una explosión con víctimas, fuga de aceite térmico y nube tóxica para 'poner a prueba' el protocolo y la capacidad de respuesta de todos los efectivos de emergencias.
Un escenario altamente improbable, según ha advertido el 112, pero que también ha enseñado a los vecinos de la comarca cómo se debe actuar en estos casos.
Un pitido de alerta
Todo ha arrancado con un pitido de alerta al móvil a toda población de Logrosán y alrededores. A partir de ahí, víctimas, algunas mortales, una fuga de aceite térmico al medioambiente y también, una nube tóxica.
Para afrontarlo, un protocolo coordinado con dos patrullas de la Guardia Civil, dos dotaciones de la UME (Unidad Militar de Emergencia), efectivos de Protección Civil de la Junta, cinco ambulancias de Cruz Roja y una unidad psicosocial.
Y además los bomberos, que son siempre los primeros en llegar. Y tal y como ha explicado el jefe de bomberos, Darío Fernández, primero actúan dentro de sus posibilidades y después, si es necesario, avisan a otras unidades de emergencia externas.
Casos similares
Esta vez ha sido un simulación, pero para nada alejado de la realidad. En los últimos cuatro años se han producido en Extremadura dos casos similares. En 2017, tuvo lugar una fuga en una planta de Madrigalejo y hubo que encerrarse en casa. Y más cerca, este pasado julio en otra planta termosolar de La Siberia.
Un incendio obligó a los vecinos de Valdecaballeros y Cañamero a confinarse en sus domicilios durante varias horas. Afortunadamente, al final, todo quedó en un tremendo susto.
El incendio de la termosolar de Talarrubias ha sido el más grave en trece años
