El Raposo es un lugar de peregrinación para cientos de turistas que acuden hasta su balneario atraídos por sus aguas mineromedicinales. Ahora, desde hace algún tiempo, lo es también por la cría de caballos de sangre lusitana. El Señorío del raposo es una yeguada que ha pasado estrictos controles para poder certificar la pureza de la raza y en la que los animales se crían junto a las aguas termales. 

Junco es el protagonista de esta historia y de los espectáculos de baile que preparan desde este centro ecuestre en Monesterio. Detrás de cada evento hay horas y horas de ensayos junto con el animal, el jinete José Manuel Sánchez y las bailaoras, que confiesan sentir una mezcla de “miedo, alegría y pasión”.
Estos animales pueden bailar fandangos, rumbas o sevillanas, principalmente en plazas de toros y deben estar acostumbrados a la cercanía de las profesionales, así como al uso de mantones. 
 

Esta semana en “Extremadura Galopa” os presentamos a Sebastián, que ha estado en 30 países, pero confiesa que el lugar que más le enamoro fue Garrovillas de Alconétar. Tras el fallecimiento de su mujer, allí instaló un rancho donde llego a tener 15 caballos, que es visitado como turistas y convertido en alojamiento rural.

Entre viñedos y aguas mineromedicinales visitamos un joven hierro de caballos de sangre lusitana. Son los ejemplares de Señorío del Raposo, una joven yeguada criada junto aguas termales.

El Campeón de Extremadura de Doma Clásica, Félix Fondón, nos cuenta cómo es el día a día de un jinete profesional: cómo es su alimentación, su entrenamiento físico y con su caballo. Y en Monesterio bailaremos flamenco con caballos.

El jinete, José Manuel Sánchez nos enseña cómo entrena con su caballo las andadas para bailar sevillanas, fandangos y rumbas.

A Ramón lo conocimos hace unos días cuando nos habló desde el hospital, afectado de covid. Su testimonio nos impresionó y por eso hoy, día de su cumpleaños, le hemos querido hacer un regalo dándole una sorpresa. Y de paso, hemos celebrado el cumple de nuestro presentador Juan Pedro. 

Virginia y Alfonso levan 65 años casados. Ahora, ambos viven en una residencia. Durante el día pueden verse pero cuando llega la noche deben separarse. Debido a un trámite burocrático, no pueden dormir juntos. Su familia pelea porque eso cambie.