Sergio comienza a calentar con su caballo, para hacernos una demostración de las pruebas a las que se enfrenta en las competiciones, pero Sara, nuestra aprendiz, le sorprende con la llegada de su madre. Mari Cruz es la primera vez que está tan cerca de su hijo montado a caballo. La mujer tiene mucho miedo a los caballos, según ella le da pánico. A pesar de ser la fan número de Sergio y siendo uno de los apoyos más importantes para él, es superior a ella y prefiere seguirle con toda su pasión, pero sin tener cerca al animal. Gracias a Maestros del Campo, Mari Cruz, ha visto a su hijo montar a caballo más cerca que nunca y Sergio ha podido disfrutar de este encuentro del que nunca creía que fuera ocurrir. 

Isaías y Raquel llevan veintiún años de pareja, más de media vida juntos compartiendo desde hace varios años las veinticuatro horas de trabajo al día; esto podría suponer algún problemas para otras personas, pero ellos dicen que ha reforzado su relación, que hay rifirrafes como en toda pareja, pero que lo resuelven lo antes posible y continúan con una vida en el campo que les hace felices. La pareja confiesa que les gustaría tener descendencia, pero que de momento no han podido. Todo esto ocurre mientras van cortando lechugas para una entrega urgente. Finalizan la tarea con la carga de la mercancía en el camión y echando agua a las lechugas para lleguen frescas al destino.

Empezamos el programa en Riolobos, donde conocemos a Raquel e Isaías, que llevan toda la noche trabajando y vienen desde Salamanca, donde han ido a vender sus hortalizas. Ellos son hortelanos por pura vocación y están felices con este estilo de vida.

El primero en lanzarse al huerto fue Isaías, que tuvo la certeza de que quería dedicarse a este sector tras un viaje a Almería. Poco después se unió Raquel, su pareja, que dejó atrás su trabajo de oficina para ser feliz plantando calabacines, tomates, lechugas y muchos más cultivos. Los dos repetirían esta decisión de cambiar de vida una y otra vez, porque ahora han conseguido ser felices haciendo lo que realmente quieren.

Después viajamos hasta Zalamea de la Serena, en la provincia de Badajoz, para conocer a Sergio, un joven jinete profesional al que una lesión le impidió estar en los Juegos Olímpicos de Tokio. Este fuerte varapalo lo logró superar al lado de los suyos, de su familia y amigos. Y es que su pueblo fue testigo de sus primeros pinitos a lomos de un caballo. Una afición que en su casa no entendían, porque en su familia nadie se dedicaba a ello, pero su ilusión estaba por encima de todo. Tuvo que marcharse de casa para cumplir su sueño, y lejos de los suyos ha vivido sus mejores momentos como jinete profesional, pero también los menos buenos.

Su madre nunca ha superado el miedo de ver a su hijo sobre los lomos de un caballo, pero quizás Sergio se sorprenda de lo que este programa es capaz de conseguir.

Con Sara Barroso.

Sergio enseña cómo hay que preparar la montura del caballo y para ello, primero hay que limpiar el material, sobre todo, para que el caballo no sufra heridas y, también, para que a nivel estético tenga buena presencia el material con el se viste al animal. Sergio sufrió un duro revés a tres meses de comenzar los juegos olímpicos de Tokyo en Portugal, en el que su caballo le pisó y le destrozó el pie. Esta lesión fue muy dura a nivel físico y mental. Estuvo varios meses en rehabilitación y la recuperación fue difícil, pero satisfactoria. A nivel emocional, el apoyo de su familia, amigos y la gente de su pueblo significó mucho para retomar la ilusión y las ganas de seguir, para conseguir su objetivos de llegar a los siguientes Juegos Olímpicos con más fuerza aun si cabe. Sergio dice que su determinación, sus ganas, la pasión por lo hace y por ser "muy cabezón" son piezas fundamentales como fortalezas para alcanzar su sueño olímpico.

Raquel enseña a Sara a polinizar el calabacín. Explica que las abejas no salen todos los días a polinizar, puesto que depende de si hace frío, si llueve o si hay mucho viento; por lo tanto, en muchas ocasiones es necesario polinizar a mano. Mientras realizan la tarea, Raquel cuenta el cambio que ha dado su vida después de ocho años dedicados al trabajo en oficina; a ella le apasiona el campo, es la única que continúa con el legado familiar, pero no con el cultivo que tenía su padre y su abuelo, sino con el de su marido, con las hortalizas, unos cultivos que han ido ampliando en producto y en hectáreas.