Extremadura ha vivido este jueves su jornada más destacada en la Exposición Universal de Osaka, en Japón, con la celebración de su Día de Honor en el pabellón de España. La presidenta de la Junta, María Guardiola, ha participado en un acto institucional en el que ha puesto en valor la conexión entre la región extremeña y la cultura japonesa, destacando valores comunes como el respeto al entorno natural, la sostenibilidad y la búsqueda de sentido vital a través del trabajo y la comunidad.
Ikigai en la dehesa extremeña
Durante su intervención, Guardiola ha agradecido el esfuerzo de todas las personas que han hecho posible la participación de Extremadura en este evento global. Ha descrito el pabellón como un verdadero puente de culturas y de futuro compartido, destacando la oportunidad que supone para la región mostrar al mundo su identidad, su potencial y su modelo de desarrollo.
Uno de los ejes centrales de su discurso ha sido la afinidad entre la forma de vida extremeña y la filosofía japonesa del ikigai, que representa la razón de ser de cada persona y se basa en la conexión entre lo que uno ama, lo que sabe hacer bien, lo que el mundo necesita y aquello que da valor. Según Guardiola, en Extremadura esa conexión se encuentra en el respeto al entorno, en una vida ligada a la naturaleza y en una cultura profundamente humana.
En ese sentido, la presidenta ha señalado que la dehesa extremeña es el mejor ejemplo de convivencia armoniosa entre el ser humano y el medio natural. Ha comparado este sistema con el concepto japonés de satoyama, paisajes rurales gestionados durante siglos de manera sostenible por comunidades locales. Ambos modelos, ha afirmado, reflejan una forma de vida basada en la responsabilidad colectiva y en la conexión con la tierra.
Lazos económicos y culturales
Extremadura, ha dicho, ofrece a quienes la visitan mucho más que naturaleza: tres ciudades Patrimonio de la Humanidad, una gastronomía auténtica, tradiciones vivas, peregrinaciones espirituales y un turismo verde, sostenible y de calidad. Además, ha destacado que la región se está consolidando como destino de inversión para proyectos internacionales vinculados a los recursos naturales, la innovación y el mundo rural.
En materia económica, Guardiola ha subrayado que Extremadura es una tierra fértil para el desarrollo de sectores emergentes como la energía, la movilidad eléctrica, la transformación digital y la tecnología. Pero más allá de las oportunidades, ha querido destacar que lo que realmente distingue a la región es su gente: confiable, honesta y comprometida. Ha asegurado que quien decide invertir o vivir en Extremadura encuentra no solo respaldo institucional, sino también cercanía y acompañamiento, y pasa a formar parte de la comunidad, como un auténtico nakama, palabra japonesa que define al compañero de viaje.
Floración entre Japón y Extremadura
La presidenta ha recordado que los lazos entre Japón y Extremadura ya son una realidad. Universidades de ambas regiones mantienen convenios de intercambio que enriquecen la formación de estudiantes y docentes, y diversas iniciativas culturales han acercado la lengua, el arte y las costumbres japonesas a la ciudadanía extremeña. Además, importantes empresas japonesas ya han comenzado a invertir en el territorio, atraídas por su potencial y su compromiso con la sostenibilidad.
Guardiola ha cerrado su intervención invitando a los asistentes a descubrir Extremadura y a caminar juntos hacia un futuro compartido. Ha afirmado que el entendimiento entre culturas es la mejor herramienta para construir un mundo más justo, y ha evocado la imagen de las flores del ciruelo en Japón y del cerezo en flor del Valle del Jerte como símbolo de esperanza, aprendizaje y nuevas oportunidades entre dos pueblos unidos por el respeto mutuo y una visión común del futuro.