Es la segunda semana de excavación y ha sido todo un logro que los alumnos puedan realizar su labor en la Casa del Mitreo, aunque en grupo reducido. Y es que antes, los estudiantes han estado 15 días confinados en casa y han extremado las medidas debido al Covid-19. Pero ha merecido la pena.
En esta ocasión han planteado tres pequeños sondeos con los que se conocerán aspectos funcionales del edificio. Como el hecho de descubrir la actividad comercial que hubiera en locales adosados a la domus y que supondrían ingresos económicos a su dueño. Ya se conocía la existencia de una perfumería y una fábrica de objetos de hueso, pero quedan por determinar otras dos más.
También quieren demostrar en otro de los sondeos del lateral de la domus que ésta fuera una casa suburbana inserta en el entramado viario de Emerita Augusta y que tuviera un segundo piso. Otro de los objetivos es conocer el suelo en el que se asienta la casa, llegando a la cota en la que se descubrió un horno de época anterior, para saber si debajo de la casa había más hornos u otro tipo de construcciones. De esta forma, se ponen en la piel del arquitecto.
Después de excavar se abrirá la etapa de reflexión e investigación. En septiembre, dicen, conoceremos conclusiones sorprendentes.
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