Rufino sigue sin creerse del todo lo que le ha pasado. El domingo por la mañana se despertó como un día más en su casa de Valuengo. Como siempre, tenía bien guardado sus dos apuestas de la Primitiva del domingo, una tradición que mantenía ya desde hace muchos años. Horas después, los tres euros de las apuestas se habían convertido en 5.449.785 euros.
Trabajador en la siderúrgica, agricultor... y multimillonario
Una repentina lluvia de millones cambia la vida de cualquiera, y Rufino no es una excepción. Nos cuenta que ha trabajado en la siderúrgica Balboa, cerca de casa, durante 17 años. Hace cinco, en cambio, un accidente le provocó graves lesiones en el brazo izquierdo que le obligaron a dejar la empresa y refugiarse en las tareas del campo y en los animales que mantiene en su terreno.
Ahora, su vida ha dado un nuevo giro. Y, de momento, no sabe cómo afrontarlo. Rufino se reconoce abrumado -"no me lo creo, no me lo creo", repite- y asegura que aún no ha pensado en lo que va a hacer con el dinero.
Por ahora, se ha limitado a celebrarlo brindando con los vecinos y tiene pensado ir al banco durante la mañana "a ver qué puedo hacer". Ya habrá tiempo, y dinero, para tomar decisiones.