13 Octubre 2025, 21:22
Actualizado 13 Octubre 2025, 21:32

Ya es oficial. La paz para Oriente Próximo ha sido rubricada este lunes en Egipto con la firma del histórico Plan de Paz impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump. El acuerdo, respaldado por más de treinta líderes internacionales, ha comenzado a dar sus frutos con la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás y cerca de 2.000 prisioneros palestinos encarcelados en Israel.

La firma ha tenido lugar a las 18:30 horas (hora española) en Sharm el Sheij (Egipto) con la presencia del presidente egipcio Abdelfatah Al Sisi como anfitrión. Junto a Trump, firmaron también el presidente de Turquía, el emir de Qatar y otros líderes regionales. Entre los asistentes se encontraba el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Las ausencias notables han sido las del líder iraní y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. En cambio, sí ha estado el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbás.

“Hoy comienza una paz para toda la eternidad”, proclamó Trump en su discurso ante el Parlamento israelí, donde escenificó el inicio de la primera fase del plan. Por su parte, Netanyahu expresó su compromiso con el proceso de paz y calificó a Trump como “el mejor amigo que ha tenido Israel en la Casa Blanca”.

Intercambio de rehenes y prisioneros

Mientras se firmaba el acuerdo, llegaban las primeras imágenes del intercambio de rehenes y prisioneros. Los ciudadanos israelíes liberados fueron trasladados a hospitales en las afueras de Tel Aviv para recibir atención médica y reencontrarse con sus familias. En Gaza, la ciudad de Jan Yunis recibió a los palestinos liberados por Israel: 1.700 detenidos durante la guerra en la Franja y otros 200 que cumplían condena en cárceles israelíes.

Este intercambio ha sido considerado clave para poner fin a una de las guerras más mortíferas entre ambos pueblos.

Reconstrucción y desafíos pendientes

Aunque la firma del acuerdo marca un hito, los desafíos persisten. La Franja de Gaza se encuentra devastada, con el 90% de sus edificios reducidos a escombros. La reconstrucción, junto con el combate al hambre y las enfermedades, será una prioridad en los próximos meses.

El Plan de Paz para Oriente Próximo abre una nueva etapa en la región, con la esperanza de que esta vez, la paz no sea solo una firma, sino una realidad duradera.