3 Mayo 2025, 16:39
Actualizado 3 Mayo 2025, 16:39

Natalia (nombre ficticio) ha decidido no volver a clase. No por elección, sino por miedo. Tras meses de insultos, amenazas y agresiones físicas por parte de algunas compañeras de clase, esta menor cacereña ha abandonado su centro educativo. “Se tiene que ir a estudiar fuera porque aquí no puede. No puede, no. No quiere. Y me parece una pena que el niño acosado se tenga que ir”, lamenta su madre.

Amenazas y agresiones

Los mensajes eran claros y constantes. "A mí no me conoces, bonita... pero prefiero que no me conozcas por las malas, porque como me conozcas por las malas las vamos a tener, y muy gordas", le enviaban sus acosadoras. Amenazas que no se quedaron en palabras. La familia asegura que Natalia sufrió agresiones como tener pegamento en su silla o encontrar cristales y trozos de cerámica dentro de su mochila, con la clara intención de provocarle cortes al meter la mano.

La madre de la menor puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil, que le recomendó interponer una denuncia debido a la gravedad de la situación. Desde entonces, se ha activado el protocolo de acoso escolar, aunque la menor ya no se siente segura para continuar en el mismo centro.

Protocolos de acoso

Desde asociaciones como la Asociación Contra el Acoso Escolar de Cáceres, su portavoz Maribel Mendoza reclama que los protocolos de actuación sean más ágiles: “Que no sea tan lento, porque cansan a las familias, y al final el niño acosado es el que se marcha, llevándose ya su mochila”.

Según datos de la Consejería de Educación, el curso pasado se constataron 10 casos de acoso o ciberacoso en Extremadura, aunque se presentaron 119 denuncias.